Reconozco ser el culpable de uno de los atrezzos más internacionales que he localizado, la guitarra Luciana de Rodolfo Chikilicuatre. La petición fue una guitarra de juguete, hubiera podido recurrir a una guitarra española más pequeña pero me dió por submergirme en el maravilloso mundo de los chinos y fue como un flechazo, era esa y no otra. A medida que crecía la popularidad del personaje también crecían las compras de guitarras, el mundo se volvió loco, yo las compraba en el chino de mi barrio de 10 en 10. Tabuena esa época que no dábamos crédito todo el equipo de programa… y muy grande David Fernández.